Varias especies animales recurren al canibalismo. Se citó ya el caso de los cocodrilos. Se ha visto a algunos insectos comerse a sus propios hijos en épocas de extrema escasez, y eso los ayuda a sobrevivir para cuando pase la crisis, pues sus crías aún tiene muy pocas o nulas posibilidades de sobrevivir. Para este fin, se ha visto a leonas abandonando a sus hijos en casos de crisis extrema, pero no comérselos, eso lo han hecho machos invasores que buscan preñar a las madres, aunque generalmente sólo los matan.
Se ha visto a perras comerse a alguno de sus hijos recién nacidos, pero no se sabe si lo han hecho por hambre o el bebé comido nació con algún defecto no visible que la madre olió, aunque en estos casos generalmente sólo los dejan morir de hambre.
Un especie de grillo cavernícola se come sus patas traseras, y otro de Texas se come sus alas. En estos casos ya se habla de autofagia.